Microrrelatos

Literatura breve

Espinas

"Feliz siempre ayudo a todo el que puedo. Incluso caigo y me arrastro por el suelo para conseguirlo... Pero no entiendo por qué debe seguir agrediéndome cada vez que lo hago por él."

Se preguntaba dolorida a sus pies.

"Será que hay seres que no pueden evitar pinchar a todo aquel que, pese a tener buenas intenciones, se acerque a ellos."

Comprendió finalmente la lluvia ya alejándose del rosal.



¿Desagradecida?

- ¡Qué desagradecida es la vida olvidando el esfuerzo que has invertido en hacer todo el bien que has podido!

- ¿Desagradecida..? Puede parecer, sí. No obstante, recuerda que todas esas buenas obras quedan en tu conciencia y en el corazón de quien te aprecia y te quiere de verdad.



Decepción

'Te aprecié hasta que me decepcionaste. Entonces, hice un esfuerzo por no tenerlo en cuenta y mantener una buena opinión de ti. Sin embargo, desde entonces no has dejado de decepcionarme cada vez más, sin hacer nada para que te aprecie lo más mínimo.'

Una vez aclarados sus pensamientos y sentimientos al respecto, compendió que debería cambiar completamente su estrategia: resultaría mucho mejor hacer como si aquel ser, cuyas acciones habían dejado tanto que desear, no hubiera existido jamás.

Efectivamente, ese nuevo enfoque fue el único que al fin le sirvió de utilidad.



Fuente de inspiración

"Si tienen ganas, en mí siempre encuentran una fuente de inspiración." Decía para sí el poeta sintiéndose musa de las decenas de mosquitos que a él acudían obsequiándole numerosas y dolorosas picadas.



Otoño

- Estoy triste... Porque los árboles están muy tristes.

- Comprendo. ¿Recuerdas cuando vino la abuela? ¿Te acuerdas de sus ojos?

- Sí. Tenían lágrimas.

- Pero, ¿estaba triste?

- No.

- Así es. Igual que ella, los árboles lloran sus hojas, pero es por la felicidad de que ha transcurrido un año entero y saber que va a seguirle otro.

- Gracias, papá. -Dijo el pequeño ya abrazado a él con una sonrisa en su rostro.- Ahora lo entiendo.



El actor

Era actor. Amaba su papel en la obra y bordó la interpretación de su personaje.

Sin embargo, una vez terminada la actuación, deseó seguir siendo la persona que había representado. No quiso aceptar que debía regresar a la realidad. Su personaje y la vida de éste le habían absorbido y eclipsado para siempre.

Jamás volvió a ser el mismo... Pero tampoco pudo convertirse en quien había deseado llegar a ser.



¿Casualidad?

- ¿Crees en las casualidades?

- Creo que existir, existen... Pero que ciertos sucesos no son casualidad.

- Y, ¿crees que el que nos conociéramos fue casualidad? -Le preguntó ella ensimismada.

- Si lo fue, habrá sido la más bonita de las casualidades. -Respondió él besando con ternura su frente.



El poeta

Entre verso y verso, el poeta llevaba su pluma al tintero, repitiendo en su mente las palabras que estaban quedando reflejadas ante sí.

Inmutable al paso del tiempo, un día se dio cuenta de que deseaba compartir aquellos pensamientos que, durante tanto, había ido transcribiendo para guardarlos junto a él. Al ir a tomar el conjunto de todos ellos, se detuvo para leerlos de nuevo.

En ese instante se dio cuenta de que un reflejo de su alma se encontraba plasmado entre aquellas palabras que habían salido directas desde lo más profundo de su corazón. Un dilema se presentó ante él: si compartía esos escritos, desnudaría su alma para siempre.



Nuevas orillas

Cruzaba el río con la mente puesta más allá de sus pasos, puesta en lo que le esperaba al otro lado.

Con los sentimientos a flor de piel, una lágrima acompañó a la sonrisa que irradiaba su semblante... ¡Al fin iba a poder besar el dulce y suave rostro del pequeñín al que llevaban nueve meses esperando!



Sobre gustos...

- No me gusta.

- ¿Lo has probado?

- No.

- ¿Entonces..?

- No me gusta.

- Y, ¿cómo lo sabes?

- No lo sé.


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